Detuve el tiempo y salté mil vidas hacia atrás.
Corrí entre almas para tomar tu mano y supe contener allí mi paz. Bajaste las estrellas, yo bajé las guardias y dejamos al gusto del tiempo lo que pudiera pasar.
Nos cobijó la Vía Láctea por todos los minutos que decidimos ser felices y nos reinventamos en el júbilo de pertenecer al otro.
Supimos conjugarnos en todos los verbos que existen y después jugamos a que existieran algunos más.
Te viví tanto… te di todo.
Te juré infinitos y ofrecí mi piel para que los sintieras todos. Vertí los vicios en terreno ajeno y dediqué a nosotros inmensas olas de paz.
Te viví tanto… te ofrecí Saturno y me cantaste al oído una melodía de alivio.
Te viví tanto que jamás existió espacio para extrañarte, para dolerte, para sangrar. Te viví tanto que ahora mismo estamos juntos en otra vida.
Te viví todo, e incluso así, jamás alcanzarían las vidas para vivirte como mereces que te vivan.
Detuve el tiempo y te viví tanto.
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